Presidente de la República Carlos Alvarado Quesada desarrolla una sólida agenda multilateral ante la grave crisis sanitaria global producida por el COVID-19.
El recrudecimiento de la pandemia del COVID-19 representa una amenaza global que no respeta fronteras, que solo podrá superarse mediante la articulación de esfuerzos mundiales, regionales y bilaterales. Esto ha llevado a Costa Rica a emprender en las últimas semanas una intensa labor de acercamiento con las autoridades sanitarias mundiales y regionales.
El país ha hecho eco de las preocupaciones expresadas en torno a que resulta de primordial responsabilidad que todos los gobiernos, principalmente de la región, tomen las medidas de prevención necesarias para evitar exponer a una gravísima situación de riesgo a las poblaciones. Todo esfuerzo que se haga por garantizar la seguridad de las personas es justo, necesario y válido.
En este sentido, el presidente Alvarado Quesada mantuvo una conferencia telefónica con el Director General de la OMS, Dr. Tedros Ghebreyesus, el 6 de abril 2020, en la cual Costa Rica agradeció a la OMS el apoyo expreso por parte de la organización a la iniciativa de repositorio del conocimiento para la lucha contra el COVID-19, y además expresó la disposición de Costa Rica de trabajar conjuntamente con otros países afines.
De igual forma, conversó telefónicamente con la Dra. Carissa F. Etienne, directora de la Organización Panamericana de la Salud (OPS) el 4 de abril 2020, para abordar, en particular, la situación de la pandemia en la región centroamericana.
Ambas ocasiones permitieron repasar la situación de la pandemia en nuestro país y la región. El presidente Alvarado Quesada informó al Director General de la situación nacional y las medidas tomadas para mitigar los efectos de la misma y solicitó, tanto a la OMS como a la OPS, continuar desplegando acciones de apoyo a los gobiernos de la región que permitan una seria y efectiva implementación de medidas de prevención y así garantizar el derecho a la salud de las poblaciones. El COVID-19 no tiene fronteras ni nacionalidades por lo que es importante un abordaje regional de la crisis en aras de proteger al mayor número de personas y en particular a las poblaciones vulnerables como mujeres, niñas, niños, adultos mayores y migrantes.